domingo, 4 de noviembre de 2012

Carta a una amiga... cualquiera..




Querida y estimada amiga mía,

El calendario es pérfido... a veces. No te das cuenta pero ya estás, sin que nada ni nadie pueda hacer nada.

El otoño está con nosotros, amiga mía.

Me he dado cuenta de la importancia del tiempo en todo. Como, en esencia, todo sigue perfectamente igual, sólo los hechos cambian el curso de las situaciones.

Y el hecho, amiga mía, es el más difícil de desmenuzar. El otoño desmenuza poco a poco los recuerdos de la estación precedente, en la misma medida que lo hace con el paisaje pero en nuestro todo se hace de una forma mucho más pausada.

El olvido se origina de forma débil e imperceptible. La frialdad eriza la piel como cualquier otro sentimiento emocional, somos conscientes pero no podemos predecir con exactitud cuál será la sensación exacta que nos haga llorar o reír. No podremos concretar nunca con suficiente seguridad cuál será el día más feliz ni tampoco el más triste.

Sabremos que el otoño ha llegado con signos inequívocos, el desfallecer de la naturaleza comienza antes y renace en el mismo instante en que la muerte actúa. Renace y nada se detiene. Sólo los que nos mantenemos aferrados al pasado, dejamos que todo el resto frene ante nuestros ojos.

La espesa capa de hojas secas, que se amontonan en montañas de marrones, rojos apaciguados y gamas de amarillos se vuelve fascinante. Incluso lo que deja de tener vida acopla perfectamente en el mundo. Es como si, de alguna manera, no se acabaran nunca. En un entorno donde todo vuelve a tener otro objetivo, una vez se ha perdido la capacidad de crecer pero no la de existir.

¿Te das cuenta, amiga mía, lo que nos rodea?

¿De la imperfección de nuestras almas?

Me gustaría poder olvidar con total facilidad, poder volverte a abrazar sin sentir un ardor dentro de mí que implique un rechazo corrosivo hacia ti, que el pasado se quedara atrás y que los hechos no fueran más que hojas amontonadas en un montón de recuerdos que pronto se llevará el viento.

Me gustaría poder expresarte con la suficiente claridad que intento perdonar y ser perdonado.

Y que el otoño ya ha llegado.

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