jueves, 15 de noviembre de 2012

Rosa.


Que la vida sea el viento que te colme de flores.
Que tus manos alcancen paisajes de alegría.
Que tus ojos reflejen la luz de cada día
Y tu sangre, cantando, sea un manantial de amores.

Que tu pecho sea un alba de alegres ruiseñores
Que tu frente sea un cielo de alada algarabía
Y tu pelo una torre de celeste ambrosía
Y tu cuerpo una senda de dorados primores.

Se vestirá de gozo la flor de tu mirada
Como se viste el campo de su piel mas hermosa
Cuando adornan sus trinos la luz de la alborada.

Y serás de la vida su inseparable esposa,
Y serás, del silencio, la alegre campanada
Y serás, como el aire, la eterna y dulce Rosa.

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